Todo cuanto existe en los cielos y en la Tierra glorifica a Dios. Él es el Poderoso, el Sabio.
¡Creyentes! ¿Por qué decís una cosa pero hacéis otra?
Es aborrecible ante Dios que vuestros actos no sean coherentes con vuestras palabras.
Dios ama a quienes luchan por Su causa en filas ordenadas, como si
[Recordad] cuando Moisés dijo a su pueblo: “¡Pueblo mío! ¿por qué me maltratáis a pesar de saber que soy el Mensajero que Dios os ha enviado?” Cuando [su pueblo] se alejó [del Mensaje], Dios desvió sus corazones [alejándolos de la guía]. Dios no guía a los perversos.
Y cuando Jesús, hijo de María, dijo: “¡Oh, hijos de Israel! Yo soy el Mensajero que Dios os ha enviado para corroborar la Torá y anunciar a un Mensajero que vendrá después de mí llamado Ahmad”. Pero cuando les mostró los milagros, dijeron [con incredulidad manifiesta]: “¡Esto es pura hechicería!”
¿Existe alguien más injusto que quien inventa mentiras acerca de Dios cuando es invitado al Islam? Dios no guía a los injustos.
Pretenden extinguir la luz [del Mensaje] de Dios con las mentiras que pronuncian sus bocas, pero Dios hará que Su luz resplandezca, aunque esto desagrade a los que rechazan el Mensaje.
Él es Quien ha enviado a Su Mensajero con la Guía y la religión verdadera para que prevalezca sobre todas las religiones, aunque ello disguste a los idólatras.
¡Creyentes! ¿Queréis que os enseñe un negocio que os salvará del castigo doloroso?
[Este buen negocio es que] creáis en Dios y en Su Mensajero, contribuyáis por la causa de Dios con vuestros bienes y vuestras vidas, pues ello es lo mejor para vosotros. ¡Si supierais!
[Si hacéis esto, Dios] perdonará vuestros pecados y os ingresará en jardines por donde corren ríos, donde habitarán en hermosas moradas en los jardines del Edén. ¡Ese es, sin duda, el éxito grandioso!
También os dará algo que amáis: “Su auxilio y una pronta victoria”. Albricia a los creyentes [con la recompensa que recibirán en esta vida y en la otra].
¡Creyentes! Socorred [la religión de] Dios como lo hicieron los discípulos de Jesús, el hijo de María, cuando les dijo: “¿Quiénes me socorrerán en la causa de Dios?” Los discípulos respondieron: “Seremos los socorredores de [la religión de] Dios”. Pero un grupo de los Hijos de Israel creyó [en la profecía de Jesús] y otro grupo rechazó su Mensaje. Entonces di Mi apoyo a los creyentes y así vencieron a sus enemigos.