¡Oh, Profeta! Teme a Dios y no obedezcas a los que niegan la verdad y a los hipócritas. Dios lo sabe todo, es Sabio.
Sigue lo que te ha sido revelado por tu Señor. Dios está bien informado de lo que hacéis.
Encomiéndate a Dios, porque Dios es suficiente como protector.
Dios no puso dos corazones en el interior del hombre. Dios no ha hecho que aquellas esposas que hayan repudiado diciendo “eres tan ilícita para mí como el cuerpo de mi madre” sean [realmente] vuestras madres, como tampoco ha hecho que vuestros hijos adoptivos sean [realmente] hijos suyos: estas son solo expresiones [equivocadas que salen] de vuestras bocas, Dios es quien expresa la verdad [absoluta] y guía al sendero [recto].
Llamad [a vuestros hijos adoptivos] por el apellido de sus padres [biológicos], porque eso es lo más justo ante Dios; pero si no conocéis a sus padres, mejor decid que ellos son vuestros hermanos en la religión y vuestros protegidos. No será considerado un pecado si lo hubierais hecho por error, pero sí será un pecado en caso de que lo hicierais intencionadamente. Dios es Perdonador, Misericordioso.
El Profeta es más amado para los creyentes que ellos mismos; las esposas del Profeta [deben ser respetadas como si fueran] vuestras madres; y según el Libro de Dios [el Corán], los parientes son quienes tienen derecho a la herencia, algunos en mayor proporción que otros, y no los creyentes y los emigrados, pero aun así podéis testar a favor de ellos. Esto ha sido decretado y registrado en el Libro.
Celebré una alianza con todos los Profetas, la misma que celebro contigo [¡Oh, Muhámmad!], con Noé, Abraham, Moisés y Jesús, hijo de María. Tomé de ellos un compromiso firme,
para preguntarles [el Día del Juicio] a los veraces acerca de su veracidad [si cumplieron con ese compromiso]. Dios tiene preparado para los que negaron la verdad un castigo doloroso.
¡Oh, creyentes! Recordad las mercedes con las que Dios os agració, cuando [en la batalla de Al-Jandaq] os cercó un ejército, y envié contra ellos una tempestad y un ejército [de ángeles] que no podíais ver. Dios ve todo cuanto hacéis.
[Recordad] cuando os atacaron por la parte alta y por la parte baja [del valle], el terror desencajó vuestras miradas, se subieron vuestros corazones hasta la garganta, y tuvisteis malos pensamientos sobre Dios [pensando que no socorrería a los creyentes].
Allí fueron probados los creyentes, y fueron sacudidos por una fuerte conmoción.
Dijeron los hipócritas y los que tenían su corazón enfermo de dudas: “Dios y Su Mensajero solo nos han hecho promesas falsas”.
Cuando un grupo de ellos [de los hipócritas] dijo: “¡Oh, gente de Yazrib! Esto es perjudicial para vosotros. ¡Mejor regresad [y no combatáis]! Y un grupo de ellos pidió autorización al Profeta diciendo: “Nuestras casas quedaron desprotegidas”, pero no estaban desprotegidas, sino que solo querían huir.
Si [los incrédulos] hubieran entrado [a Medina] por sus flancos y les hubieran pedido colaboración [contra los creyentes], lo habrían aceptado fácilmente.
Se habían comprometido ante Dios a que no abandonarían el campo de batalla; serán preguntados por el pacto que tomaron con Dios.
Diles [¡Oh, Muhámmad!]: “De nada les servirá huir, si es que pretenden huir de la muerte o de que se les mate. Aunque pudieran [escapar en esta oportunidad] no disfrutarán de la vida mundanal sino poco tiempo”.
Diles: “¿Quién os protegerá de Dios, si Él quisiera un mal para vosotros, o [quién puede impedir] que los colme con Su misericordia si así Lo desea? No encontraréis, fuera de Dios, quién os ayude ni quién os pueda defender”.
Dios conoce a quienes pretenden desanimar [a los creyentes] de entre vosotros, y a quienes dicen a sus hermanos [que salieron a combatir]: “Volved con nosotros”, [estos hipócritas] no quieren participar en el enfrentamiento.
Se niegan a prestar todo tipo de ayuda, y cuando se apodera de ellos el temor [por cobardía] les ves que te observan con los ojos desorbitados, como aquel que está en la agonía de la muerte. Pero cuando el temor cesa, se dirigen a vosotros con lenguas afiladas, ávidos por obtener parte del botín. Estos no son creyentes, y Dios hará vanas sus obras [por su falta de fe] pues esto es algo fácil para Él.
Ellos pensaban que los aliados no se habían marchado, y si estos aliados hubieran regresado [otra vez para combatirlos], habrían deseado estar en el desierto con los beduinos y preguntar de lejos acerca de la suerte de los musulmanes; y aunque hubieran estado con vosotros, poco es lo que habrían participado en la batalla [por indiferencia].
En el Mensajero de Dios hay un bello ejemplo para quienes tienen esperanza en Dios, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Dios.
Cuando los creyentes vieron a los aliados dijeron: “Esto es lo que nos prometieron Dios y Su Mensajero, y la promesa de Dios y Su Mensajero es verdadera”. Eso no hizo sino acrecentarles la fe y la aceptación [de las órdenes de Dios].
Entre los creyentes hay hombres que cumplieron el compromiso que tomaron con Dios. Algunos ya han fallecido, otros esperan que les llegue su hora y no han cambiado de compromiso.
Dios [decidió probarlos en la fe] para recompensar a los sinceros por su sinceridad y castigar a los hipócritas, si Él quiere, o perdonarlos. Dios es Perdonador, Misericordioso.
Dios frustró a los incrédulos que, llenos de ira, no alcanzaron lo que se proponían, e hizo que los creyentes no entraran en combate. Dios es Fuerte, Poderoso.
Luego hizo salir de sus fortalezas a la gente del Libro que había ayudado [a los idólatras], e infundió el terror en sus corazones. Por Su orden unos fueron ejecutados y otros hechos prisioneros.
[Dios] los hizo heredar sus tierras, sus hogares y sus bienes, y [los hará heredar] otras tierras que todavía ni siquiera han pisado. Dios es sobre toda cosa Poderoso.
¡Oh, Profeta!, dile a tus esposas: “Si preferís la vida mundanal y sus placeres transitorios, venid que os daré la parte de los bienes materiales que os corresponden y acordaremos un divorcio decoroso.
Pero si preferís a Dios y a Su Mensajero y la morada que os aguarda en la otra vida, Dios tiene una magnífica recompensa para quienes de vosotras hagan el bien”.
¡Oh, mujeres del Profeta! Quienes de vosotras cometan una deshonestidad evidente, sabed que les será duplicado el castigo. Eso es fácil para Dios.
Pero a quienes de vosotras obedezcan a Dios y a su Mensajero, y obren rectamente, les duplicaré la recompensa y les otorgaré un sustento generoso.
¡Oh, mujeres del Profeta! Vosotras no sois como las demás mujeres, si tenéis temor de Dios, no habléis con voz dulce, de modo que quien tenga su corazón enfermo sienta alguna atracción; hablad recatadamente.
[Preferiblemente] permaneced en vuestras casas, [pero cuando salgáis] no os exhibáis provocativamente como lo hacían [las mujeres] en tiempos del paganismo preislámico, y haced la oración, pagad el zakat y obedeced a Dios y a Su Mensajero. Dios quiere apartar de vosotras todo pecado, ¡oh, familia del Profeta!, y purificaros.
[Oh, esposas del Profeta] transmitid los versículos de Dios y la sabiduría que se mencionan en vuestras casas. Dios es Sutil, está informado de todas las cosas.
Dios les tiene reservado Su perdón y una gran recompensa a los musulmanes y las musulmanas, a los creyentes y las creyentes, a los piadosos y las piadosas, a los justos y las justas, a los pacientes y las pacientes, a los humildes y las humildes, a los que hacen caridades y a las que hacen caridades, a los que ayunan y las que ayunan, a los pudorosos y las pudorosas, a los que recuerdan frecuentemente a Dios y a las que recuerdan frecuentemente a Dios.
Un verdadero creyente o a una verdadera creyente no deben, cuando Dios y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar de forma contraria. Quien desobedezca a Dios y a Su Mensajero se habrá desviado claramente.
Recuerda [¡Oh, Muhámmad!] cuando dijiste [a Zaid Ibn Háriza] a quien Dios había agraciado [con el Islam] y tú habías favorecido [liberándolo de la esclavitud]: “Conserva a tu esposa y teme a Dios”; intentaste ocultar lo que Dios haría manifiesto porque temiste lo que diría la gente, pero Dios es más digno de ser temido. Cuando Zaid termine con el vínculo conyugal, te la concederé en matrimonio para que los creyentes [sepan que] no hay ningún impedimento en casarse con las ex esposas de sus hijos adoptivos, si es que estos deciden divorciarse de ellas. Era un asunto decidido.
No hay falta alguna del Profeta por lo que Dios le haya prescrito [y permitido contraer en matrimonio]; ese es el designio de Dios tal como lo fue para [los Profetas] que lo precedieron, y el designio de Dios ha de cumplirse.
Quienes transmiten el Mensaje de Dios y tienen temor de Él, sin temer a nadie salvo a Él, sabed que Dios computa todas las obras.
Muhámmad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino que es el Mensajero de Dios y el sello de los Profetas. Dios lo sabe todo.
¡Oh, creyentes! Tened presente a Dios en todo momento,
y glorificadlo por la mañana y por la tarde.
Él es Quien os bendice, y Sus ángeles ruegan [el perdón] por vosotros para [que sigáis la guía y] sacaros de las tinieblas [de la idolatría y el pecado] hacia la luz [del monoteísmo y la obediencia]. Él es compasivo con los creyentes.
Su saludo el día que se encuentren con Él [en el Paraíso] será: “¡Que la paz sea contigo!” Dios les tiene reservada una recompensa generosa.
¡Oh, Profeta! Te he enviado como testigo, albriciador, amonestador, 46. para que invites [a creer en] Dios con Su anuencia; eres una antorcha luminosa.
para que invites [a creer en] Dios con Su anuencia; eres una antorcha luminosa.
Dales a los creyentes la albricia de que recibirán un inmenso favor de Dios.
No obedezcas a los que niegan la verdad ni a los hipócritas, no hagas caso a sus provocaciones, y encomiéndate a Dios, pues Dios es suficiente como Protector.
¡Oh, creyentes! Si os casáis con las creyentes y luego os divorciáis antes de haberlas tocado, no deberán ellas esperar ningún plazo para volver a casarse, pero deben darles a ellas una compensación y completar un divorcio decoroso.
¡Oh, Profeta! Te son lícitas las mujeres a las cuales diste la dote, y lo que posee tu diestra que te ha concedido Dios, y tus primas paternas y maternas que emigraron contigo, y la mujer creyente que se ofrece al Profeta [en matrimonio], si es que el Profeta quiere tomarla por esposa; es un permiso exclusivo para ti, no para los demás. Sé bien lo que les prescribí respecto a las esposas y lo que posee su diestra, para que no tengas reparo. Dios es Perdonador, Misericordioso.
[¡Oh, Muhámmad!] Puedes relegar a quien quieras [de tus esposas y no pasar la noche con la que le corresponde] y estar con la que quieras, o si lo deseas volver con alguna de las que hubieras relegado, no cometes pecado al hacerlo. Esto es más conveniente para que estén alegres, no se entristezcan y se sientan complacidas. Dios bien sabe lo que hay en vuestros corazones. Dios todo lo sabe, es Tolerante.
No te será lícito que vuelvas a casarte después de esta revelación, ni sustituir a una por otra, aunque fueran muy hermosas, excepto lo que posea tu diestra. Dios todo lo observa.
¡Oh, creyentes! No entréis en la casa del Profeta a menos que os invite a comer, y no estéis procurando la ocasión [de que los invite]. Si fuerais invitados, entrad, y cuando hayáis terminado de comer, retiraos y no os demoréis hablando, porque eso incomoda al Profeta y se avergüenza [de pediros que os retiréis]; pero Dios no se avergüenza de [decir] la verdad. Cuando les pidáis algo [a las esposas del Profeta], hacedlo detrás de una cortina. Esto es más puro para vuestros corazones y los de ellas. No debéis molestar al Mensajero de Dios ni debéis casaros nunca con quienes fueron sus esposas, porque eso es grave ante Dios.
Si manifestáis algo o lo ocultáis, sabed que Dios está enterado de todas las cosas.
No es un pecado [para las creyentes si se quitan el velo] ante sus padres, sus hijos, sus hermanos, los sobrinos de parte de su hermano o de su hermana, las demás mujeres y ante los esclavos. Tened temor de Dios, porque Dios es testigo de todo.
Dios y Sus ángeles colman de amor al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pedid amor y protección por él.
A quienes intenten perjudicar a Dios y a Su Mensajero, Dios los maldecirá en este mundo y en el otro, donde les tiene preparado un castigo humillante.
Quienes causen daño a los creyentes y a las creyentes sin tener motivo alguno, cometen un pecado evidente.
¡Oh, Profeta! Diles a tus mujeres, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes, que se cubran con sus mantos; es mejor para que se las reconozca y no sean molestadas. Dios es Perdonador, Misericordioso.
Si los hipócritas, aquellos que tienen sus corazones enfermos [de dudas] y los que siembran intrigas en Medina no se abstienen, te daré poder sobre ellos, y en consecuencia no permanecerán mucho como tus vecinos.
Porque serán maldecidos dondequiera que se encuentren, y deberán ser apresados y ajusticiados con firmeza.
Tal ha sido el proceder de Dios con los que [pecaron de igual manera y] ya han desaparecido. ¡No hallarás cambio alguno en el proceder de Dios!
Te preguntan acerca de la Hora [del Juicio]. Diles: “Solo Dios tiene el conocimiento de cuándo será; no sé si la Hora esté cerca”.
Dios maldice a los que rechazan el Mensaje y les ha preparado el Infierno.
Estarán en él por toda la eternidad; no encontrarán quién les proteja ni les auxilie.
El día en que sus rostros se hundan en el fuego del Infierno, dirán: “¡Ojalá hubiéramos obedecido a Dios y al Mensajero!”
Y dirán: “¡Señor nuestro! Seguimos a nuestros líderes y poderosos; fueron ellos quienes nos desviaron del camino [recto].
¡Señor nuestro! Duplícales a ellos el castigo y maldíceles completamente”.
¡Oh, creyentes! No seáis como quienes calumniaron a Moisés. Dios lo declaró inocente de lo que le acusaban; él goza ante Dios de un rango elevado.
¡Oh, creyentes! Tened temor de Dios y hablad solo con la verdad.
[Si lo hacéis,] Él hará virtuosas vuestras obras y perdonará vuestros pecados. Quien obedece a Dios y a Su Mensajero obtendrá un triunfo grandioso.
Le propuse a los cielos, a la Tierra y a las montañas revelarles el Mensaje, pero se rehusaron a cargar con ello porque sintieron temor. Pero el ser humano aceptó llevar la carga; el ser humano fue injusto [consigo mismo] e ignorante [de las consecuencias de asumir esa responsabilidad].
Dios castigará a los hipócritas y a las hipócritas, a los idólatras y a las idólatras; mientras que Dios perdonará a los creyentes y a las creyentes porque Él es Perdonador, Misericordioso.